viernes, 5 de noviembre de 2010

GRACIAS-DAR




Noviembre, un mes en el que Estados Unidos dedica un día en especial para celebrar el Thanksgiving. Y aunque estamos en Costa Rica y tal día no está en nuestro calendario, la verdad es que me encanta la idea.

Lo que de inmediato salta a mi mente cuando pienso en esto de dar gracias, es a quien agradecemos.  Por lo general, damos gracias a la persona que nos ha hecho un bien o nos ha tratado con amabilidad.  Sin embargo, muchos, cuando no encuentran a quien dar gracias buscan una figura impersonal: gracias a la vida, gracias a la suerte, gracias al karma, gracias a mi inteligencia, a mi esfuerzo, a mi duro trabajo, etc.

En mi caso prefiero la forma personal, y cuando se trata de dar gracias por todo aquello que inmerecidamente he recibido mis ojos se vuelven a Dios como el origen ultimo de todas las cosas.

La manera en que la palabra Thanksgiving tradicionalmente se traduce al español, Día de Acción de Gracias, señala para mi un lado muy importante de la gratitud, y es que la mejor manera de dar gracias es con otra acción a favor de otra persona.  Cuando se trata de dar gracias solo hay una palabra: Gracias; pero hay mil maneras distintas de expresarla.  Encuentro que la mejor expresión de la gratitud es extender nuestra mano al que más lo necesita, para hacer una diferencia en esa vida.

Mildred Hondorff, maestra de música de la escuela primaria de Des Moines, Iowa, cuenta de una experiencia que transformó su vida la cual vivió con uno de sus alumnos.  Para redondear su salario ella le dio clases de piano a un alumno llamado Robby, que resultó ser todo un «desafío».
 
Ella realmente no quería darle lecciones porque él tenía once años y a ella le gustaba comenzar con los alumnos a una edad más joven.  Pero como él le dijo que el sueño de su madre siempre había sido oírlo tocar, ella aceptó tenerlo como estudiante.  Por mucho que lo intentara, a Robby le faltaba oído y el ritmo básico necesarios para tener éxito; Mildred pensó que no tenía esperanzas y todo esfuerzo era en vano.

No obstante, durante varios meses él practicó sus lecciones responsablemente, mientras ella escuchaba, se encogía y trataba de animarlo.  Al final de cada lección él siempre decía: «Un día de estos mi mamá va a oírme tocar».   Pero aquello parecía imposible dado que él no tenía ninguna habilidad innata.

Mildred sólo conoció a su madre a la distancia cuando ella dejaba a Robby o lo esperaba en su viejo automóvil para recogerlo.  Ella siempre sonreía y saludaba con su mano, pero nunca se detuvo a conversar.  Entonces un día Robby dejó de llegar a las lecciones. Mildred pensó en llamarlo, pero asumió que debido a su falta de habilidad él se había dedicado a otra cosa.  Ella se alegró de que él dejara de venir porque era mala propaganda para su escuela.   

Tiempo después ella hizo circular volantes anunciando un recital.  Para su sorpresa, Robby le pidió que lo dejara participar del recital.  Ella le dijo que había abandonado las clases y que por tanto no calificaba.  Él le explicó que su mamá había estado enferma y le había sido imposible llevarlo a las clases, pero que había estado practicando.  «¡Por favor, Srta. Hondorf –suplicó él— yo tengo que tocar!»   Para no hacerles largo el cuento, algo dentro de ella la movió hacia aquel muchacho de una manera especial.
 
En contra de su propio criterio, ella le permitió tocar en el recital.  La noche del mismo, el gimnasio de la escuela secundaria estaba a reventar. Ella puso a Robby de último en el programa, pensando que cualquier bochorno se lo pasarían por alto si fuera al final.  Finalmente Robby subió al escenario, su ropa estaba arrugada y su pelo era un enredo.  Ella se preguntó por qué su madre no lo había vestido apropiadamente para la ocasión.  La gran sorpresa vino cuando Robby anunció que había escogido el Concierto #21 en Do mayor de Mozart. Ella no estaba preparada para lo que escucharía a continuación.
 
Los dedos de Robby volaban suavemente por el teclado… Mildred nunca había oído tocar a Mozart tan bien por alguien de su edad.

Después de seis minutos y medio él terminó de tocar en un gran crescendo, y todos los presentes estaban de pie atónitos por la sorpresa.  Cuando Mildred se recuperó del shock, y aún con lágrimas en los ojos, corrió al escenario y lo abrazó. «Nunca te había oído tocar así, Robby. ¿Cómo lo hiciste?
»  Al micrófono, Robby explicó:  «Verá, Srta. Hondorf, ¿recuerda que yo le dije que mi mamá estaba enferma?  Pues bien, ella tenía cáncer y falleció esta mañana. Ella nació sorda, y esta noche fue la primera vez que ella me oyó tocar, yo quería que fuese especial». 

No había un solo ojo seco en aquel lugar.  Mildred no pudo evitar pensar en cuánto más rica su vida se había vuelto por él sólo hecho de querer hacer una diferencia en la vida de Robby.   Ella extendió su mano y se arriesgó para ayudar a un necesitado y sufrido niño. Esa noche ella dijo que él se había convertido en el maestro, por cuanto le enseñó el significado del amor y la importancia de tender una mano a otros y de ministrarlos de manera especial.

Esta experiencia se volvió aun más significativa cuando supo que después de servir como soldado en la guerra Tormenta del Desierto, Robby murió en el atentado terrorista del Edificio Federal Alfred Murrah en la Ciudad de Oklahoma en abril de 1995.

La vida es dura.  Dolor, heridas, soledad, vacío, rechazo, enfermedad y un gran ejército de otras realidades desagradables definen mucho de lo que es la vida en estos días.  Y es por eso que se vuelve sumamente necesario que tendamos una mano y toquemos una vida.  

Todos nosotros llevamos dentro el poder para hacer una diferencia significante en las vidas de otros, tal como hizo Mildred Hondorff. ¡Dios espera que nosotros lo hagamos!  Su plan… su propósito eterno es ayudar al herido, al cansado… al que sufre.

Y sabes dónde encontramos el poder para cumplir con tan grande e importante tarea.  En la GRATITUD.  La gratitud hará que tu mano se extienda hacia otros y eso hará una diferencia en sus vidas.

Hoy muchos costarricenses están sufriendo gran pérdida material y personal debido a las fuertes lluvias.  Se han quedado sin nada y han perdido a seres queridos.  Es una excelente oportunidad de mostrar GRATITUD, de extender una mano hermana.  Puedes hacer donaciones, puedes ayudar a tus vecinos si estas en una área afectada, puedes tomarte un momento y elevar una oración al Creador.

Jose Armando Soto
HP IPG-AIO  05/11/2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario