Guarda silencio ante Jehová y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
por el hombre que hace lo malo.
(Sal 37.7)
En el Salmo 37.7 la recomendación del salmista ante las injusticias que se sufren en la vida y que nos golpean directamente es la calma, el silencio, la espera. Nuestra tendencia es siempre compararnos y desesperarnos. El salmista nos llama a la quietud, a no enojarnos, no alterarnos, no tener envidia. Nos recomienda deleitarnos en la compañía del Señor y esperar… Esperar se ha convertido en una de las virtudes más difíciles de alcanzar. La gratificación inmediata es lo que todos anhelan y procuran.
Cuando hablamos de esperar, hablamos de esperar por algo. Esperamos el perfecto tiempo de Dios para cada cosa. Y, ¿qué hacemos mientras tanto? Esto es en lo que no hemos sido entrenados. Cómo sobrellevamos la espera, qué hacemos mientras tanto. Aquí es donde Isaías nos echa una mano.
El pueblo de Israel esperaba en tiempos de Isaías. Esperaba por justicia, esperaba por misericordia, por liberación y restauración.
28 ¿No has sabido, no has oído
que el Dios eterno es Jehová,
el cual creó los confines de la tierra?
No desfallece ni se fatiga con cansancio,
29 Él da esfuerzo al cansado
y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
30 Los muchachos se fatigan y se cansan,
los jóvenes flaquean y caen;
31 mas los que esperan en Jehová
tendrán nuevas fuerzas,
levantarán alas como las águilas,
correrán y no se cansarán,
caminarán y no se fatigarán.
(Isaías 40.28-31)
Así que esperar en el sentido de inmovilidad, de permanencia estática, no existe en Dios; él no sabe qué es eso. Esperar dejando que el poder se desvanezca no es una opción para Dios; él continúa creando. Esperar en estado vegetativo no es posible para Dios, su sabiduría lo abarca todo y está en constante movimiento, impartiendo consejo siempre.
Dios desea que aprendamos a disfrutar de esa eternidad ya. ¿Cómo se logra eso?
Accedemos a la vida eterna a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz, y comenzamos a disfrutarla cuando aprendemos a esperar en Dios, es decir, a confiar plenamente en Dios a pesar de toda prueba o dificultad. Pero cómo logramos vencer esas dificultades y seguir confiando.
Isaías nos dice que si esperamos en Dios tendremos las fuerzas para continuar en el camino. En esta oportunidad el profeta usa la palabra hwq, kavah, cuyo significado parece incluir la idea de la estrechez, la tensión de la espera. Así que las fuerzas para seguir en el camino provienen de la actitud pujante de quien espera en medio de la tensión, de quien espera aun cuando el camino es estrecho.
En el camino de la vida siempre estaremos enfrentando dificultades que ponen a prueba nuestra capacidad de seguir confiando en Dios, de seguir esperando. Otras veces todo marcha muy fácil. Algunas dificultades no representan un gran reto, y sentimos como que volamos como las águilas, en otras ocasiones la dificultad ofrece más resistencia, pero seguimos luchando y sentimos que corremos velozmente. Pero vendrán ocasiones en que la dificultad realmente nos golpea y apenas alcanzamos a caminar, y a veces sentimos arrastrar nuestros pies. Mas si a pesar de la dificultad seguimos confiando en Dios, en su tiempo, en su propósito, tendremos las fuerzas para seguir caminando.
Muchas veces no entendemos lo que Dios está haciendo, no alcanzamos a entender qué propósito puede haber en la injusticia o el sufrimiento, y hallamos tropiezo en ello. En esto consiste la prueba: seguiremos confiando a pesar de que no entendemos, seguiremos confiando en su soberanía y sabiduría. Juan tuvo que hacerlo. A pesar de estar inmovilizado en una celda, siguió caminando… su fe no se detuvo… y le costó la muerte.
Así que el secreto de la espera es seguir caminando, no detenerse por nada… quizás no estemos volando, pero seguimos en tierra corriendo, caminando, arrastrándonos, pero lo importante es seguir caminando a pesar de todo obstáculo. Pase lo que pase, sigue caminando, sigue esperando en Dios, no te detengas por nada.
"Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, camina. Si no puedes caminar, arrástrate; pero no dejes de moverte". Martin Luther King Jr.
"Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, camina. Si no puedes caminar, arrástrate; pero no dejes de moverte". Martin Luther King Jr.
Graciaas don Jose por este mensaje, Dios sabe que lo necesitaba, Dios te bendiga y te siga usando.
ResponderEliminarSaludes y bendiciones a tu familia