lunes, 11 de octubre de 2010

Un ganador…

Vivimos en un mundo que ejerce mucha presión social, en un mundo que gusta de clasificar a todos en ganadores o perdedores.  Pero, ¿qué separa a un ganador de un perdedor?

19 de octubre de 1960…  hace casi 50 años!  Unos nueve meses antes, más de 200 millones de muchachos y muchachas emprendieron a nado una dura travesía hacia el círculo de los ganadores.  Entre ellos iban los Jose, los Pedro, los Minor, las Marisol, las Teresa… en fin toda clase de gente.  Algunos lograron llegar a la mitad de la travesía, y otros un poco más allá, y otros mucho mas allá… murieron en el intento, y muchos otros lograron llegar hasta la frontera misma del círculo de los ganadores, dieron el 100% de sí mismos.  Solo uno podría entrar a ese círculo, así que todos comenzaron a buscar una brecha para pasar. Al final de una gran lucha, y debo mencionar que fue una lucha limpia y pareja, una lucha no entre ellos y ellas, sino una lucha contra la suerte… estar en el momento oportuno en el lugar oportuno… pues uno logro pasar al círculo, y así fui concebido en el vientre de mi madre. 

¿Ganó el mejor?  No lo sé.  Muchos nacimientos en este mundo nos muestran que no siempre logra entrar el mejor de todos al círculo.  Me gusta pensar en todos esos muchachos y muchachas que se quedaron sin entrar, en todos esos que quedaron a mitad del camino, que murieron en el intento, como ganadores… ¿por qué?  Nunca se rindieron, lo dieron todo en el intento… esos son mis héroes.  Les daría una medalla a cada uno de ellos y ellas.

Así que lo llevamos muy dentro nuestro, en nuestro ADN.  El deseo de ganar, de luchar, de morir en el intento.  Lo que separa a los ganadores de los perdedores, no es siempre el premio o la distinción, sino la actitud.  Los “nunca me rendiré” son los ganadores…  los “murió en el intento” son los ganadores.

Me es extraño que mi cumpleaños número 50 me sorprenda acá en HP, jamás me lo imaginé… no estaba en mis planes.  Sin embargo, creo que no pudo haber sido mejor, y como tengo fe en Dios, esto, debo aclararlo, estar en HP no es pura suerte o azar.  He aprendido muchísimo en estos casi dos años de laborar junto a un grupo tan diverso de personas… de impresoras algo he aprendido, pero lo que más he capitalizado es acerca del carácter, el empeño, el esfuerzo, el trabajo en equipo, el compañerismo, la lealtad, la apertura, la tolerancia, la paciencia y la esperanza.

Es por todo eso, y por lo vivido a lo largo de estos 50 años, que me considero un ganador.  No por los premios o por el salario, o por la posición, sino por lo aprendido, por todo eso que me hace ser como soy…  no un ser perfecto, pues son muchos los defectos, sino una persona con una actitud.

Si un consejo les puedo dar, si me lo permitieran, es este: en tu paso por HP busca dentro de ti a ese ser ganador, y lucha y esfuérzate por conquistar no los laureles del reconocimiento, porque puede que venga como puede que no venga, sino por conquistarte a ti mismo… el mayor obstáculo eres tú, lo único que te separa del circulo de los ganadores eres tú mismo.

…siempre un Ganador.

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